¿Un futuro desalentador? Mexicanos se preocupan por el suministro de agua y comida en la tierra azteca, ¿hay vuelta de hoja?
El acceso al agua y la seguridad alimentaria ocupan un lugar cada vez más importante en la lista de problemas a resolver por los gobiernos de todo el mundo. Cuatro de cada diez mexicanos considera que el suministro de agua y alimentos constituye uno de los mayores desafíos de su país, según la encuesta Statista Global Consumer Survey.
La escasez de agua potable y la malnutrición son problemas que suelen asociarse principalmente a los países de muy bajos ingresos y con altos niveles de pobreza. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha demostrado lo frágiles que son las cadenas de suministro mundiales, por lo que el hambre es un problema que persigue a algunas partes del mundo.
El hambre es un problema continuo en el mundo, pero en los últimos años ha mostrado un aumento considerable. Y es que a partir del 2020 la hambruna creció, la pandemia por la Covid-19 podría ser una razón.
“A pesar de las esperanzas de que el mundo saldría más rápidamente de la crisis y que la seguridad alimentaria comenzaría a recuperarse de la pandemia en 2021, la pandemia mantuvo su control e incluso lo endureció en algunas partes del mundo” – FAO
La hambruna, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), es una carencia grave de alimentos. De acuerdo a la organización la hambruna se presenta normalmente en un área geográfica grande y definida, o en un grupo significativo de personas.
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Suministro de agua y comida… ¿Un problema mundial?
La encuesta Statista Global Consumer Survey, dejo ver una de las problemáticas que más persiguen a los ciudadanos, Sudáfrica es el primer país en el que más del 50 por ciento de los habitantes se preocupan constantemente por el suministro de agua y alimentos.
El segundo lugar lo ocupa México, la tierra azteca tiene al 40 por ciento de ciudadanos preocupados por un futuro sin agua o sin comida, mientras que el tercero es otro país latinoamericano, Brasil mantiene al 33 por ciento de su población preocupado con el futuro alimenticio.
