¿En verdad necesitamos smartphones flexibles?

Aunque la tendencia de la industria apunta a crear smartphones con pantalla flexible, hay otras necesidades en los usuarios que podrían ser más productivas

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Durante los premios Oscar 2020, Samsung lanzó un anuncio publicitario mostrando en nuevo dispositivo sucesor del Galaxy Fold, y aunque no reveló el nombre oficial, el aviso causó altas expectativas para los amantes de la tecnología.

Sin embargo, hay que poner en tela de juicio, si la tecnología que necesitamos actualmente son pantallas flexibles, ya que aunque se ha logrado un gran avance en innovación al respecto, la duda surge en el hecho de que posiblemente haya otros problemas en los smartphone que resolver.

Recordemos que de acuerdo con información de Samsung, el Galaxy Fold tiene un costo aproximado de 37 mil pesos mexicanos, y aunque puede sonar un precio estratosférico, al final la empresa logró vender 1 millón de unidades en todo el mundo, con base en información de Tech Crunch.

Una de las problemáticas en el que las empresas deberían concentrarse en resolver, es crear un ecosistema que conecte los smartphone Android, directamente con ordenadores, wereables y tabletas, con suficiente rapidez para que los datos sean enviados en tiempo real, es decir, que la misma información que trabajes en tu smartphone en el trabajo, puedas llegar a casa y tener exactamente lo mismo en el ordenador. Como ya lo hace Apple con sus dispositivos con iOS y MacOS.

Por lo que intentar construir un sistema de conectividad entre dispositivos podría ser mucho más útil que una pantalla que se dobla, y le daría al smartphone una característica de productividad mucho más relevante de la que ya posee.

Una directriz equivocada

El precio por ahora no es problema, pues conforme avance la tecnología y esta característica comience a ser más accesible para otros fabricantes, el precio se reducirá considerablemente, tal y como sucedió en 1998 cuando se anunció que por fin habrá televisores HD, y en aquel entonces, la TV más económica de Samsung era una pantalla de 55 pulgadas vendida en aproximadamente 8,000 dólares, de acuerdo con información de Expansión.

Sin embargo, tener una pantalla flexible, si bien es llamativo y novedoso, como el caso del Motorola Razr la única necesidad que se ve satisfecha con ello es el hecho de poder tener una screen más grande de lo habitual para consumir contenidos audiovisuales y jugar.

Tal vez haya personas dispuestas a pagar mucho dinero porque su smartphone se doble, pero los fabricantes deberían pensar en ofrecer soluciones más prácticas del día a día de un usuario que trabaja o estudia, pues es precisamente ellos los que más compran celulares.